viernes, 9 de noviembre de 2007

MOTO GUZZI GRISO 1100





No es una nacked y tampoco una custom, sino una mezcla de ambas. La Griso 1100 tiene a bien desmarcarse de casi todo, con una postura de conducción radical, un enorme motor todo par y una estampa que como mínimo llama la atención. Aunque se la puede encontrar alguna competidora como la Yamaha MT01, encuadrar a la Griso en algún segmento es difícil. Pero sea como fuere, la Griso es un pieza prácticamente única pensada para disfrutar con ella y dejarse ver sobre ella. No es una moto ligera, ni siquiera cómoda de conducir pero se lleva con facilidad. En las curvas entra con una facilidad que pasmaría a la mejor custom. Lleva una completa instrumentación en la que destaca un gigantesco tacómetro y un generoso display digital LCD de matriz activa. Su propulsor, el eterno bicilíndrico en V a 90º de la casa, que asoma del interior de la Griso, está tan modificado que parece otro, el alternador va entre la cuna de los cilindros, lo que reequilibra pesos y acorta longitud en cuatro centímetros, suma bielas aligeradas un diez por ciento, modifica la relación entre éstas y la carrera del pistón para reducir vibraciones. En la practica la Griso 1100 empuja como una autentica posesa, con una fuerza el par máximo asciende a 9 mkg a 6.400 rpm, escandalosa en bajos y medios. No es una montura deportiva y tolera una conducción animada en función de la fuerza que tengamos para agarrarnos al manillar desde 140 km/h. El cambio es de seis marchas bien escalonadas, cuenta con cárdan en el tramo final. Esto supone una garantía de fiabilidad y mantenimiento, aunque carece de finura a la hora de ejecutar las órdenes del piloto engranando velocidades. Por último su parada esta garantizada a partir de su poderoso equipo de frenos, con doble disco frontal de 320 mm y pinzas de cuatro pistones y disco trasero de 282. Toda una maquina. Desde Santiago de Compostela.

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