Los llamaban ejercicios de estilo, Eran coches que, expuestos en los salones, anticipaban formas y soluciones que más adelante se verían en los coches de serie. Un ejemplo de ello es el Rondine, realizado sobre la base de un Corvette y presentado en el Salón de París de 1963. Estados Unidos siempre fascinaron a Pinin Farina, sobre todo por cómo había entrado el automóvil en la sociedad norteamericana a principios del siglo XX, gracias a un mercado abierto a todo tipo de competencia y con precios reducidos al máximo en el caso de los modelos destinados a una gran difusión; un mercado en el cual prosperaban juntos la democracia y la aristocracia del automóvil, donde obreros, agricultores, ejecutivos y emprendedores de todo tipo se volcaban con el nuevo medio de transporte a motor que anunciaba una era de gran movilidad y libertad. Bajo el capó se esconde el V8 327 de 5.354 cc de Chevrolet con inyección Rochester y la potencia máxima es de 360 CV a 6.000 rpm. El salpicadero conserva sin variaciones el del Corvette, con su peculiar doble joroba, que se une en la consola central que separa los dos asientos. Todo un clásico. Desde Santiago de Compostela.
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