Cuarenta años después del Ford GT40, Estados Unidos ha recuperado el titulo de coche de producción más rápido del mundo. En contra hay argumentos de que no sirve para nada, que no hay circuitos para alcanzar esas velocidad que es de 412 km/h. Pero a su favor, el argumento más importante es ¿por qué no?. Durante siete años el pequeño equipo de Shelby Super Cars (SSC) ha estado desarrollando esta idea, batir el récord de velocidad, hasta que han puesto el coche en la calle. Homologado para cumplir con la norma de emisiones. Y lo mejor, han conseguido salirse con la suya, batiendo a todo lo construido anteriormente. Para conseguirlo han remodelado un motor V8, con dos turbos y algo más de 6,3 litros de cilindrada, que puede presumir de ser el motor de producción más potente de la historia con 1.183 caballos. En una carretera nacional de doble carril cerrada al tráfico en el estado norteamericano de Nevada les permitió hacer las pruebas de fiabilidad de la transmisión y verificar que igualaban los 388 km/h del Koenigsegg CCR con apenas un 71 por ciento de acelerador y conforme al diseño, con sólo 78ºC de temperatura de aceite en la transmisión. Las tres sesiones de ensayos que empezaron en marzo, concluyeron en mayo con que la vida real corroboraba los cálculos de las simulaciones. Pero aun hay más, los creadores de este Shelby afirman que todavía tienen caballaje y velocidad punta para aspirar a más. Si alguien se anima, al menos una unidad del Ultimate Aero se encuentra a la venta en 550.000 dólares. Desde Santiago de Compostela.
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