El 500 R fue lanzado al mercado italiano en 1972, su producción se prolongaría hasta 1975 y ponía fin a la serie Nuova 500, que surgiese en 1957 en sustitución del Topolino. Este todo atrás (versión minimizada del 600) coincidió en su tramo final con el Fiat 126, su sustituto de líneas más rectas y anodinas. Manteniendo el estilo compacto y austero de siempre, esta postrera versión introducía, no en vano, algunas novedades respecto a los 500 D y 500 L, tanto en el capitulo de carrocería como de mecánica. Exteriormente, se diferenciaba por el frontal exento de adornos, salvo el escueto letrero de Fiat (en mayúsculas y apaisado), en su parachoques plano y liso, las llantas de chapa sin tapacubos y en unos pilotos delanteros de posición en menor tamaño. En cuanto al bicilíndrico que lo movía, el 500 R equipaba uno de cilindrada aumentada a 594 cc de 18 CV, similar al que empezaría equipando el 126. El 500, en general, fue un automóvil muy popular en Europa, con una amplia difusión en Italia y fuera de sus fronteras. En España, en cambio, resultaba un modelo muy raro de ver, debido a la limitación de las importaciones y sobre todo la omnipresencia del Seiscientos. Como referencia, del 500 R se fabricaron 134.792 unidades, de las que apenas un millar recalaron en España. Un bonito clásico que hoy en día tiene sustituto moderno. Desde Santiago de Compostela.
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