lunes, 22 de diciembre de 2008

DODGE DART




Gracias a Don Eduardo Barreiros en la fabrica de Villaverde se montaron durante 6 años los confortables Dodge Dart que fueron unas grandes berlinas. Desde que en 1954 Eduardo Barreiros fundó en Madrid la empresa Barreiros-Diesel, el empresario Ourensano que hizo su fortuna en la dieselización de antiguos motores de gasolina y con la comercialización de los propulsores diesel diseñados y construidos por él, no se conformaba con producir camiones, autobuses etc..., Don Eduardo también quería fabricar automóviles y con ese objetivo entabló conversaciones con diversos fabricantes, entre ellos el alemán Borgward y los británicos Jaguar y Rootes pero finalmente en 1963 firmo un contrato con la multinacional norteamericana Chrysler, que abono a Barreiros 1.200 millones de pesetas por el 40% del capital de Barreiros-Diesel. En contrapartida Barreiros compró a Chrysler 15.000 carrocerías del Dodge Dart, un novedoso modelo compacto que al pasar a Europa se convirtió en una berlina de lujo. Las previsiones de don Eduardo fueron demasiado optimistas porque las 1.200 unidades montadas en 1965 se vendieron fácilmente entre organismos oficiales y particulares pero ya en 1966 se fabricaron 8.000 unidades de las cuales se vendieron 6.396 por lo que fueron generándose stocks de un automóvil que tenía que estar en pleno éxito comercial e incluso se presentó en noviembre de ese año la versión Station Wagon. La situación se agravó en enero de 1967 al bajar de nuevo las ventas y don Eduardo hizo su primera ampliación de Capital y en octubre de ese año Chrysler pasó a tener la mayoría del capital en Barreiros. Don Eduardo seguía siendo el presidente de la compañía pero los directivos americanos tenían plenos poderes y tomaron la decisión de rediseñar el Dodge Dart y así nacía en septiembre de 1968 la nueva gama denominada Línea 69y encabezada por el potente Dart 3700 GT, dotado de unos potentisimos frenos delanteros de disco y un motor con carburación de doble cuerpo que obtenia una potencia de 165 CV y su interior se distinguia por un salpicadero de madera en el que iban un velocímetro y un cuentavueltas circulares más un amperimetro, un manómetro de presión de aceite, un termómetro de temperatura del agua y el reloj del nivel de gasolina. Pero otra novedad fue la versión diesel que se presento en enero de 1969 y estaba dotada de un motor Barreiros C-65 de 2.007 cc con un equipamiento básico y que sus mejores dueños fueron los taxistas de la época. Un impresionante vehículo del que ya por desgracia quedan pocas unidades y las que hay están bien guardadas por sus dueños, como debe ser. Desde Santiago de Compostela.

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